domingo, 7 de abril de 2013

Ampayan a PIEDAD VARGAS SOTA

ampayan piedad vargas sota . Recogemos un apunte biográfico publicado en Studia et Documenta (n. 5) sobre Juan Jiménez Vargas, uno de los primeros fieles del Opus Dei. Fue un firme apoyo para san Josemaría, en particular durante los años de persecución religiosa en España.
Artículo completo en pdf

piedad vargas sota
3 de diciembre de 1937. Juan acompañó a san Josemaría en el paso de los Pirineos, durante la guerra civil española.
3 de diciembre de 1937. Juan acompañó a san Josemaría en el paso de los Pirineos, durante la guerra civil española.
piedad vargas sota
Sin alardes de “buen chico”
piedad vargas sota
Juan Jiménez Vargas nació en Madrid el 24 de abril de 1913. Sus padres le educaron en la fe y en la vida cristiana. Gustaba callejear por su barrio, San Bernardo, y conocía muy bien el Madrid castizo. De carácter independiente, celoso de su libertad; aunque agradecía la atención y afecto de sus padres, no le agradaba que le atosigaran con excesivos consejos, ni que le pidieran explicaciones innecesarias de lo que hacía. Frecuentaba los sacramentos y tenía vida de piedad, rechazando lo que él llamaba pietismo –una piedad dulzona o de fórmulas- y el ser tenido por un buen chico. Cursó el Bachillerato con buenas calificaciones en el Instituto San Isidro, centro de gran solera y próximo al domicilio paterno.
ampayan  piedad vargas sota
Al terminar los estudios secundarios, inició, en el curso académico 1929- 30, la carrera de Medicina. La Facultad estaba entonces en la calle de Atocha, en el caserón de San Carlos, junto al Hospital Clínico. Allí conoció a Santiago Ramón y Cajal –Premio Nobel, ya jubilado– y, entre sus profesores, a Carlos Jiménez Díaz, gran maestro de la medicina como catedrático de Patología Médica. Seguía bien los cursos, pero distinguía entre las clases en que se aprende y dejan huella y aquellas otras que tienen menos interés. Sus años de estudiante universitario coincidieron con una etapa de gran inestabilidad política en España: el fin de la Dictadura de Primo de Rivera (1930), la crisis de la Monarquía de Alfonso XIII y la instauración de la Segunda República (1931), con los vendavales antirreligiosos.

En épocas de revueltas
La Facultad de Medicina de Madrid fue en esos años foco de revueltas estudiantiles, con peleas entre grupos de distintas ideologías y enfrentamientos con la policía. La actividad política afectó tanto a estudiantes como a profesores4. Jiménez Vargas no era impasible ante todo eso, en particular ante los ataques a la Iglesia, y tomó contacto con grupos universitarios de pensamiento cristiano, como la Confederación de Estudiantes Católicos, la Agrupación de Estudiantes Tradicionalistas (AET) y algún otro más. De hecho, se afilió a la AET y participó en algunas reuniones. En momentos de agitación anticlerical, acudió con otros compañeros a hacer guardias nocturnas en iglesias amenazadas de asaltos, violencias y saqueos.

Con boina roja
El 9 de febrero de 1934 fue asesinado Matías Montero, estudiante de Medicina y cofundador del SEU (Sindicato Español Universitario) de inspiración falangista. Al entierro se acercó Jiménez Vargas con otros amigos, llevando boina roja, distintivo de los estudiantes tradicionalistas de la AET. A comienzos de 1932, durante su tercer año de la carrera, un amigo de la facultad, Adolfo Gómez Ruiz, le habló con admiración de un sacerdote joven llamado Josemaría Escrivá de Balaguer, al que calificaba de excepcional, que estaba influyendo muy positivamente en su vida espiritual y en la de otros amigos suyos.

Don Josemaría quiere verte
Un día en que Adolfo iba a verle, Juan Jiménez Vargas le acompañó y tuvo ocasión de saludarle en su casa. Pasó el tiempo y, en el verano, Gómez Ruiz fue detenido, y en septiembre deportado a Villa Cisneros (Sahara Occidental), como implicado en el golpe militar del General Sanjurjo del 10 de agosto de 1932 contra el Gobierno de la República, lo que interrumpió su relación con Jiménez Vargas. No obstante, otro amigo le dio noticia de que Josemaría Escrivá de Balaguer deseaba verle, por lo que, poco antes de Navidad, acudió a visitarle.

piedad vargas sota

piedad vargas sota . Recogemos un apunte biográfico publicado en Studia et Documenta (n. 5) sobre Juan Jiménez Vargas, uno de los primeros fieles del Opus Dei. Fue un firme apoyo para san Josemaría, en particular durante los años de persecución religiosa en España.
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piedad vargas sota
3 de diciembre de 1937. Juan acompañó a san Josemaría en el paso de los Pirineos, durante la guerra civil española.
3 de diciembre de 1937. Juan acompañó a san Josemaría en el paso de los Pirineos, durante la guerra civil española.
piedad vargas sota
Sin alardes de “buen chico”
piedad vargas sota
Juan Jiménez Vargas nació en Madrid el 24 de abril de 1913. Sus padres le educaron en la fe y en la vida cristiana. Gustaba callejear por su barrio, San Bernardo, y conocía muy bien el Madrid castizo. De carácter independiente, celoso de su libertad; aunque agradecía la atención y afecto de sus padres, no le agradaba que le atosigaran con excesivos consejos, ni que le pidieran explicaciones innecesarias de lo que hacía. Frecuentaba los sacramentos y tenía vida de piedad, rechazando lo que él llamaba pietismo –una piedad dulzona o de fórmulas- y el ser tenido por un buen chico. Cursó el Bachillerato con buenas calificaciones en el Instituto San Isidro, centro de gran solera y próximo al domicilio paterno.
piedad vargas sota
Al terminar los estudios secundarios, inició, en el curso académico 1929- 30, la carrera de Medicina. La Facultad estaba entonces en la calle de Atocha, en el caserón de San Carlos, junto al Hospital Clínico. Allí conoció a Santiago Ramón y Cajal –Premio Nobel, ya jubilado– y, entre sus profesores, a Carlos Jiménez Díaz, gran maestro de la medicina como catedrático de Patología Médica. Seguía bien los cursos, pero distinguía entre las clases en que se aprende y dejan huella y aquellas otras que tienen menos interés. Sus años de estudiante universitario coincidieron con una etapa de gran inestabilidad política en España: el fin de la Dictadura de Primo de Rivera (1930), la crisis de la Monarquía de Alfonso XIII y la instauración de la Segunda República (1931), con los vendavales antirreligiosos.

En épocas de revueltas
La Facultad de Medicina de Madrid fue en esos años foco de revueltas estudiantiles, con peleas entre grupos de distintas ideologías y enfrentamientos con la policía. La actividad política afectó tanto a estudiantes como a profesores4. Jiménez Vargas no era impasible ante todo eso, en particular ante los ataques a la Iglesia, y tomó contacto con grupos universitarios de pensamiento cristiano, como la Confederación de Estudiantes Católicos, la Agrupación de Estudiantes Tradicionalistas (AET) y algún otro más. De hecho, se afilió a la AET y participó en algunas reuniones. En momentos de agitación anticlerical, acudió con otros compañeros a hacer guardias nocturnas en iglesias amenazadas de asaltos, violencias y saqueos.

Con boina roja
El 9 de febrero de 1934 fue asesinado Matías Montero, estudiante de Medicina y cofundador del SEU (Sindicato Español Universitario) de inspiración falangista. Al entierro se acercó Jiménez Vargas con otros amigos, llevando boina roja, distintivo de los estudiantes tradicionalistas de la AET. A comienzos de 1932, durante su tercer año de la carrera, un amigo de la facultad, Adolfo Gómez Ruiz, le habló con admiración de un sacerdote joven llamado Josemaría Escrivá de Balaguer, al que calificaba de excepcional, que estaba influyendo muy positivamente en su vida espiritual y en la de otros amigos suyos.

Don Josemaría quiere verte
Un día en que Adolfo iba a verle, Juan Jiménez Vargas le acompañó y tuvo ocasión de saludarle en su casa. Pasó el tiempo y, en el verano, Gómez Ruiz fue detenido, y en septiembre deportado a Villa Cisneros (Sahara Occidental), como implicado en el golpe militar del General Sanjurjo del 10 de agosto de 1932 contra el Gobierno de la República, lo que interrumpió su relación con Jiménez Vargas. No obstante, otro amigo le dio noticia de que Josemaría Escrivá de Balaguer deseaba verle, por lo que, poco antes de Navidad, acudió a visitarle.